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La palabra “maldad” es lo que primero viene a la mente cuando se sabe que 15 personas, de origen campesino en su mayoría, fueron sacadas de sus casas o arrestadas en la plaza de Isla de Maipo por carabineros un domingo 7 de octubre de 1973, sin razón alguna.

Se dijo que los detenidos habían sido llevados al Estadio Nacional que en ese tiempo hacía las veces de campo de prisioneros. Pero no fue así. Nunca llegaron allí.

Después se supo que a las pocas horas de ser arrestados, carabineros los llevó atados hasta unos antiguos hornos de cal en Lonquén. Arrojaron sus cuerpos por una de las chimeneas y los cubrieron con tierra y piedras. Así quedaron enterrados por cinco años.

Cuando los restos aparecieron, la verdad cayó sobre los familiares y organizaciones de derechos humanos que hasta ese momento los buscaban entre los vivos. 

Los detenidos desaparecidos no estaban de viaje, ni presos ni en la clandestinidad como aseguraba la dictadura, sino que probablemente muertos.

A veces la maldad parece ensañarse con algunos seres humanos. En este caso, decidió que los restos de las 15 víctimas de Lonquén desaparecieran nuevamente en una fosa común en el cementerio de Isla de Maipo. Decidió también que los familiares no tuvieran el consuelo de enterrarlos ni tampoco pudieran visitar el lugar donde habían encontrado sus osamentas; ya que los hornos fueron dinamitados.

Tuvieron que pasar 37 años para que los familiares pudieran recuperar sus restos y enterrar lo poco que quedaba de ellos.

Sandra Radic C.

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Las 15 víctimas de los hornos de Lónquen

La denuncia

“Comenzamos a abrir el horno por abajo y de repente sale una calavera. Y después, un hueso, otro hueso y otro hueso. Yo creí que me desmayaba. Nunca en mi vida había visto una cosa semejante”, señalaba el jurista Máximo Pacheco*.

El hallazgo de las 15 víctimas de Lonquén se debió a la denuncia que hizo un campesino al sacerdote de la Vicaría de la Solidaridad, Gonzalo Aguirre.

La información se mantuvo en secreto a la espera de que concluyera el Simposio Internacional de Derechos Humanos que se celebraba en Santiago. Una vez que éste finalizó, se formó una comisión integrada por representantes de la iglesia, y por Máximo Pacheco Gómez (abogado), Javier Luis Egaña Barahona (secretario ejecutivo de la Vicaría de la Solidaridad), Alejandro González Poblete (jefe del Departamento Jurídico de la Vicaría), Jaime Martínez Williams (director de la revista Qué Pasa) y Abraham Santíbañez Martínez (subdirector de la revista Hoy).

En la tarde del 30 de noviembre de 1978, este grupo se trasladó a Lonquén y verificó que había osamentas humanas en uno de los hornos de cal. Desde ese momento, autoridades eclesiásticas, defensores de los derechos humanos y familiares de las 15 víctimas, buscaron incesantemente la verdad judicial.

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Elena Muñoz

“Yo lo único que le pedía a Santa Rosa de Pelequén es que los encontráramos vivos o muertos, para siquiera tener tranquilidad para la familia, para mí, y para todos nosotros. En el invierno pensaba si estarían pasando frío, si estarían pasando hambre, eso era una gran angustia para todos”, contaba Elena Muñoz, poco después de haber encontrado los restos de su marido, Sergio Maureira, y de sus cuatro hijos, José Manuel, Rodolfo Antonio, Segundo Armando y Sergio Miguel en los hornos de Lonquén.

Purísima Elena Muñoz (1923-2019) no fue la única que vio desaparecer esa noche del domingo 7 de octubre de 1973 a sus familiares. Otras 6 familias comenzaron también la búsqueda de los suyos, cuyo último rastro se perdía en la tenencia de Isla de Maipo.

Así lo señalaba, Lillian Lama, ante tribunales: “He buscado en los libros de detenidos de esa época y mi hijo –Iván Gerardo Ordoñez Lama– no aparece registrado. Debo manifestar que mi hijo no tenía ninguna afiliación política y solamente en esa época fumaba marihuana. Mi hijo tenía 17 años de edad”.

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Clotario Blest

“No busquen entre los muertos a los que están vivos, levanten la mirada, levanten la mirada hacia el cielo…”, dijo Clotario Blest en lo alto de los hornos de Lonquén.

Estaba ya por terminar la romería que la Agrupación de Detenidos Desaparecidos había organizado ese domingo 25 de febrero de 1979.

El líder sindical había recorrido cerca de cinco kilómetros a pie, con 35 grados de calor y cargado a ratos la cruz que la agrupación instaló en recuerdo de los 15 campesinos sepultados en los hornos.

Su llamado a los familiares a buscar justicia fue permanente al igual que su apoyo a las víctimas de derechos humanos.

Clotario Blest Riffo (1899-1990) fue un cristiano consecuente y férreo defensor de los derechos de los trabajadores y de los derechos humanos. En 1983, el Comité de los Derechos Humanos y Sindicales lo postuló al Premio Nobel de la Paz. Lo ganó otro sindicalista, el polaco Lech Walesa.

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Raúl Silva H.

“El conocimiento de la tragedia que los afecta me lleva a deplorar y protestar por la falta de respeto que se ha tenido con ustedes”, señaló el cardenal Raúl Silva Henríquez (1907-1999) a los familiares de víctimas de Lonquén, cuando éstos supieron que los restos de sus padres, hermanos, hijos y esposos habían sido enterrados en una fosa común en Isla de Maipo.

“Con amor perseverante han buscado ustedes a sus seres queridos y cuando creían terminado su calvario, han recibido este nuevo dolor”, les dijo el arzobispo de Santiago, quien fue el gestor y protector de la Vicaría de la Solidaridad, organismo clave en la defensa de los derechos humanos en Chile y en el descubrimiento de los restos de las 15 víctimas en los hornos de Lonquén.

Sin la acción decidida del Cardenal Silva Henríquez a través de la Vicaría de la Solidaridad (1973-1992), las víctimas de violaciones a los derechos humanos y sus familiares habrían estado más solos y desprotegidos.

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Crónica de la maldad

11/09/1973
El golpe de Estado

Cae el gobierno de la Unidad Popular, tras un golpe militar realizado por el Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y Carabineros. Asume una junta militar, liderada por el general Augusto Pinochet Ugarte.

07/10/1973
Las detenciones

En la mañana de ese domingo, carabineros detienen a cuatro jóvenes en la plaza de Isla de Maipo: José Manuel Herrera, Manuel Jesús Navarro, Iván Ordóñez y Miguel Angel Brant.

A lo largo de esa noche, carabineros registran los domicilios de las familias Maureira y Hernández, sin encontrar nada que pudiera inculparlos. Arrestan a Sergio Adrián Maureira Lillo y a sus hijos Rodolfo Antonio, Sergio Miguel, José Manuel y Segundo Armando Maureira Muñoz, a los hermanos Carlos Segundo, Nelson y Oscar Nibaldo Hernández Flores, y a Enrique Astudillo Álvarez y sus hijos, Omar y Ramón Astudillo Rojas.

08/10/1973
La muerte

En la madrugada del lunes 8, un piquete de carabineros de la tenencia de Isla de Maipo, al mando del teniente Lautaro Castro Mendoza, arroja los 15 cuerpos maniatados al interior de los hornos y los cubre con piedras, tierra y cemento. Se dijo a los familiares que los habían llevado al Estadio Nacional.

SD/1978
El hallazgo

Un campesino denuncia en la Vicaría de la Solidaridad que hay unos cuerpos en la zona de Lonquén. Lo atiende el sacerdote Gonzalo Aguirre.

30/11/1978
La verificación

La Vicaría forma una comisión para que corrobore la veracidad de la denuncia. Esa tarde, el grupo se traslada al predio y verifica que hay osamentas humanas en uno de los hornos de cal. En los días siguientes aparecen 23 piezas dentarias, huesos y retazos de ropa en el primer horno.

06/12/1978
El ministro Adolfo Bañados

Corte Suprema designa a Adolfo Bañados Cuadra, ministro de la Corte de Apelaciones de Santiago, como ministro en visita extraordinario para que se haga cargo del caso.

15/03/1979
La querella

La Vicaría de la Solidaridad interpone una querella por los delitos de secuestro reiterado, falsificación de instrumento público y homicidio calificado contra funcionarios de Carabineros.

04/04/1979
Lo inverosímil

El ministro Adolfo Bañados establece que la versión de los funcionarios de Carabineros sobre un supuesto ataque donde los únicos que resultaron muertos fueron los detenidos, es “intrínsecamente inverosímil”.

Además, afirma que en ninguno de los restos se comprueban señales de perforaciones por bala, “por lo que la muerte de las 15 personas hay que atribuirla a otras causas”. Luego de esto, se declara incompetente y remite los antecedentes a la Justicia Militar.

16/08/1979
El sobreseimiento

Segundo Juzgado Militar de Santiago sobresee a los carabineros, aplicándoles el Decreto Ley de Amnistía que rige para todos los delitos que se produjeron entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1978.

14/09/1979
La fosa común

Los restos de las víctimas de Lonquén son enterrados en una fosa común en el Cementerio Parroquial de Isla de Maipo, en ausencia de los familiares, quienes esperaban los féretros en la Iglesia Recoleta Franciscana. Por el dolor causado, la iglesia oficia al día siguiente una misa en la Catedral ante miles de personas.

15/03/1980
Los hornos dinamitados

El Mercurio informa que se vendió el predio donde se hallan los hornos. El nuevo propietario los dinamitó y cerró el terreno al público.

28/03/2010
La sepultura

Catorce de los quince campesinos son nuevamente identificados y entregados a sus familiares para que les den sepultura. Han esperado 37 años para este momento.

29/01/2016
La última víctima

El Instituto Médico Legal entrega los restos de la última víctima encontrada en Lonquén, Manuel Navarro, a los familiares.

12/09/2016
La condena

Por una nueva denuncia que hacen los familiares, la jueza de la Corte de Apelaciones de San Miguel, Marianela Cifuentes, condena a los siete ex carabineros por el delito de secuestro calificado. Señala además que por tratarse de “crímenes de lesa humanidad” no aplica el Decreto Ley de Amnistía.

16/06/2018
Se ratifica la condena

La Corte Suprema confirma la sentencia que condena a los 6 ex carabineros. El séptimo carabinero y superior de este grupo de funcionarios, Lautaro Castro, falleció antes de recibir la condena.

El Fotógrafo

Luis Navarro

Se trataba “de un fotógrafo profesional, por el numeroso material para trabajar (…) Esta persona representa alrededor de 35 años, moreno, delgado, alto, cara delgada con pómulos salientes, labios gruesos, pelo negro y crespo. Al consultarle su nombre, se negó a proporcionarlo… el fotógrafo protegiéndose la región nasal con un pañuelo, introdujo su cabeza en decúbito dorsal e inició la toma de varias vistas fotográficas. Posteriormente, expresó que por efecto de la luz del flash, había podido observar la presencia de alrededor de 10 cadáveres en su interior”.

Así describía un informe de investigaciones al fotógrafo de la Vicaría de la Solidaridad, Luis Navarro. Este antofagastino junto a Helen Hughes, registró la mayor parte de los rostros de cada uno de los desaparecidos durante la dictadura.

Ambos fueron, además, fundadores de la Asociación de Fotógrafos Independientes (AFI) que agrupó a la mayoría de los fotógrafos freelance que denunciaban las violaciones a los derechos humanos en los medios de comunicación locales e internacionales.

Reflexiones

La deuda de Chile

Los hechos establecidos en autos, a juicio de esta sentenciadora, son constitutivos de crímenes de lesa humanidad”. Rol ...
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«Con el propósito de perpetuar la memoria colectiva de nuestro país, el recuerdo y el justo homenaje a 15 jóvenes y campesinos de Isla de Maipo, secuestrados, asesinados e inhumados clandestinamente por Carabineros de Chile a comienzos de la dictadura de Pinochet, la Corporación Memoria Lonquén sigue luchando por la construcción de un digno memorial en el mismo lugar en que fueron ubicados los antiguos hornos de cal, dinamitados por manos anónimas poco después del macabro hallazgo de sus cuerpos.»

Organizan

Vicerrectoría Académica UAH
Instituto de Teología y Estudios Religiosos

Curaduría

Sandra Radic C.
Kim López Pizarro

Fotografías

Luis Navarro Vega

Serie enmarcada y textos

Sandra Radic C.

Diseño gráfico y expositivo

Kim López Pizarro
Juan Pablo Vergara Humeres

Colaboran

Elizabeth Lira Kornfeld
Osvaldo Briceño Echegaray
Corporación Memoria Lonquén